Llegaron los peces

Finalmente, la “última” pieza del puzzle ha sido colocada: los peces.

Tras un largo proceso que comenzó con la construcción física del acuario, la estructura de soporte móvil, el sistema de riego y drenaje para las plantas de acuaponía y finalmente el ciclo del nitrógeno para acondicionar el agua, podemos disfrutar de la compañía de estos pequeños animalitos.

Mis dos peces son unos carpines dorados (conocidos por su nomenclatura inglesa “goldfish”), concretamente un telescópico negro y un ryukin naranja, llamados Tesla y Newton.

Llegaron ayer enviados por correo dentro de una oscura caja de porexpan, en una pequeña bolsa de plástico en la que a penas tenían agua suficiente para los dos. Al introducirlos en el acuario estaban un poco atontados, sobre todo Newton, pero rápidamente espabilaron y se pusieron a nadar y a intentar comerse todo lo que se les ponía por delante.

Según he estado leyendo, solo hay que alimentarles con la cantidad diaria de comida que puedan consumir en 5 minutos, repartidos estos minutos idealmente en varias dosis. Yo les daré de comer un poco por la mañana y un poco por la noche (2 minutos aproximadamente de cada vez).

Aunque ya no hay ni amoniaco ni nitratos en el agua, los niveles de GH y KH están un poco alterados todavía, cosa que solucionaré añadiendo un poco de agua destilada o de lluvia. Sé que eso afectará al PH, pero espero que aún así se mantenga dentro de los límites normales. El ciclo del nitrógeno me llevó mucho más tiempo del esperado y al final utilicé un preparado de bacterias comercial para acelerar el proceso.

El acuario

El acuario cuenta con un fondo de gravilla blanca que a la vez sirve también como base de fijación de las nitrosomonas y nitrobacter. En el centro del fondo se encuentra el aireador, conectado por un tubo a una bomba de aire externa que se encarga de generar burbujas y remover el agua del interior del tanque para favorecer su filtrado.

Este aireador también cuenta con iluminación led RGB, que cuando mantengo activa, me gusta fijar en un tono turquesa suave o violeta. En una esquina del acuario se encuentra la bomba de agua que se encarga de extraer el agua para el riego de las plantas y filtrado del tanque.

En la parte superior también instalé una pequeña válvula conectada a la bomba de agua para poder sacar agua del acuario fácilmente.

Los maceteros

Son dos maceteros alargados que se encuentran en la parte superior del tanque, con un sustrato de arlita y ocho bulbos de azafrán plantados en su interior (cuatro en cada uno). A cada bulbo llega un riego por gotero que se activa – de momento – durante 15 minutos cada dos horas.

El sistema de drenaje de los maceteros tuvo sus complicaciones, ya que inicialmente las bolas de arcilla expandida se colocaban en los agujeros de drenaje impidiendo el paso del agua y haciendo que se inundase. Para evitar esto, coloqué unas mallas de alambre enrolladas al lado de los agujeros, de forma que mantuvieran la arlita a cierta distancia. Sobre estas mallas añadí un poco de tela para filtrar posibles impurezas y que estas no llegasen al acuario.

Cuando el azafrán empiece a florecer, seguramente en noviembre, tendré que pensar añadir iluminación que simule la luz solar, pero de eso ya me preocuparé más adelante.

Automatización

Para automatizar y controlar remotamente los sistemas del acuario, estoy trabajando en un programa en python instalado en una Raspberry Pi 2 que se comunicará mediante GPIO con unos relés que controlarán los diferentes sistemas: bomba de aire, bomba de agua, iluminación del acuario, iluminación de las plantas, etc. Todo ello supervisado remotamente a través de un servidor web en la propia placa.

Como he dicho, todavía estoy trabajando en ello y aunque el programa está prácticamente terminado (a excepción de la comunicación GPIO) el hardware me está llevando más tiempo, ya que tengo que adaptar los enchufes para su control mediante relés.

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