Ya tengo en casa todo lo necesario para empezar. El acuario es una urna de cristal con unas dimensiones de 100 cm de largo, 30 cm de ancho y 40 cm de ancho que determinan un volumen de 120 litros, aunque con el marco de plástico que lo recubre habría que añadir unos 5 milímetros a cada una de estas dimensiones.
Al ser solo la urna, sin filtro, ni iluminación, ni demás parafernalia, me salió por unos 104€ (teniendo en cuenta los gastos de envío). Algo caro pero no está mal.
Una vez lleno de agua, el acuario tendrá una masa en torno a unos 150 Kg, por lo que debe asentarse sobre una mesa adecuada.
La mesa que he elegido para tal propósito es una estructura de metal de 101 cm de longitud, 31 cm de ancho y 77 cm de altura a la que añadiré varios tablones de melamina negra por encima y por debajo.
No quería decidir de antemano el lugar de la casa donde voy a situar el acuario, me gustan las cosas modulares y con capacidad de adaptación (deformación profesional, tal vez…), así que decidí construir una plataforma móvil para la estructura.
Adquirí para ello cuatro ruedas, las cuales, según el fabricante, están preparadas para soportar unos 300 Kg, por lo que con ellas no debería tener problema.
Como los tablones de melamina solo tenían un grosor de 19 milímetros, decidí juntar dos en la parte inferior para darle más consistencia a la base e instalé en ellos las cuatro ruedas. También tengo pensado poner unas escuadras metálicas para sujetar las patas de la mesa a la plataforma móvil y darle de esta forma mayor estabilidad.
Finalmente colocamos una capa de porexpan entre el acuario y la mesa para absorber las posibles irregularidades y con esto completamos la estructura de soporte móvil. En el futuro tengo pensado añadirle también unos tablones laterales para dotar a la mesa de mayor elegancia.
Los maceteros superiores también tienen demasiado peso como para colocarlos directamente sobre el vidrio del acuario, así que para ellos construí otra estructura extra de sujeción de melamina.
He aquí el montaje final.
La verdad es que el montaje de la mesa móvil me ha llevado más tiempo y esfuerzo del que esperaba en un principio, pero ha sido divertido. Ahora ya solo falta comenzar con el ciclo del nitrógeno para acondicionar el sistema para los peces y las plantas, pero eso es algo de lo que ya hablaremos en el próximo artículo.
