Imprimiendo la Llave del Infierno de Diablo IV

Desde que jugué la primera beta abierta de Diablo IV y vi la Llave del Infierno que Lilith arrebató del cuerpo de Rathma, supe que tarde o temprano acabaría imprimiéndola en 3D, para hacer compañía a mi Cubo Horádrico.

Cinemática de Diablo IV.

Como yo no sé modelar en 3D, el primer paso consistía en hacerme con el modelo 3D de la llave. Sin embargo, no era una tarea sencilla, ya que el fichero que contenía la llave, se encontraba en un extraño formato .app que yo no reconocía.

Por aquel entonces, todavía no existían herramientas automatizadas para convertir este tipo de formatos, así que me iba a tocar hacerlo a mano.

Abrí el fichero con un editor hexadecimal, para ver si podía localizar en él algo con cierto sentido. No tardé en ver un patrón que se repetía. Un patrón de 44 bytes que muy probablemente serían los vértices.

Fichero binario de la llave, en hexadecimal.

Al acabar esa sección del fichero binario, comenzaba otra bastante reconocible, los índices de las caras. Así que conociendo las posiciones de memoria de inicio y de fin de los bloques de vértices, sus tamaños, y las de los índices de caras, me dispuse a usar una herramienta llamada hex2obj para calcular el vertex count, leer de manera automatizada vértices y caras del fichero, y generar con dicha información un modelo con formato obj.

Programa hex2obj.

Como se puede ver en la imagen anterior, el hex2obj no es para nada user friendly, me tocó trastear bastante con él hasta que logré entender los parámetros que necesitaba. Era la primera vez que hacía algo así, y me hizo bastante ilusión ver cómo tras unas cuantas horas escudriñando un fichero binario y tratando de darle sentido a su contenido, el modelo 3D de la Llave del Infierno se materializaba ante mis ojos.

Modelo 3D de la llave en Blender.

Ahora la siguiente parte del proceso, ya más familiar para mi: La impresión 3D.
Como quería hacerlo a un tamaño cercano a una escala 1:1 para un humano, me veía obligado a utilizar la impresora de plástico, ya que la de resina tenía un volumen de impresión insuficiente para este propósito.

Convertí el modelo 3D en un sólido con Blender y lo dividí en dos mitades para imprimirlo más cómodamente.

Llave preparándose para ser impresa en 3D (Escala incorrecta).

Desafortunadamente el proceso no estuvo exento de fallos: Una de las dos mitades se rompió durante el proceso de separación de la base y limpieza, y por si fuera poco, cuando estaba eliminando los hilillos de plástico sobrantes con un mechero, me cayó plástico fundido en un dedo y me hice una quemadura curiosa… También me costó varios intentos dar con la escala adecuada.

Llave impresa a diferentes escalas.

Para la bola de la parte superior no tenía muy claro cómo proceder. Comencé creando un modelo en plástico para comprobar las medidas y la rugosidad. Tras un intenso proceso de lijado, dicho modelo fue usado para crear un molde de silicona. El molde sirvió para generar la versión final de la bola en resina transparente con distintos tipos de pigmentos metálicos.

Finalmente, unas capas de barniz le dieron ese acabado brillante que se puede observar en la siguiente imagen.

Bola de resina con pigmentos metálicos y barniz.

Y poco más que añadir. Ya solo faltaban los retoques finales. Tras un poco de pegamento para unir las dos mitades de la llave, una capa de imprimación y varias capas de pintura, estoy bastante satisfecho con el resultado final.

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